A dos meses de haberse llevado a cabo uno de los eventos más esperados de la arqueología amazónica en Bolivia, vemos como la misma pasó como lluvia efímera en el desierto. Hablamos del IV Encuentro Internacional de Arqueología Amazónica que se llevó a cabo en Trinidad – Beni, entre el 1º y 7 de octubre del presente año. Es por ello que no podíamos dejar escapar tal oportunidad sin contarles lo que fue, desde nuestra perspectiva universitaria.
Gracias al concurso que lanzó el Instituto de Antropología y Arqueología, cuatro alumnos de la carrera pudimos asistir a tal evento, ya que el premio a los mejores posters consistía en pasajes de avión al evento. La gobernación acomodó a los estudiantes en la residencia para deportistas. La tarde que llegamos, fuimos a exponer nuestros posters a la plaza, para poder interactuar con la comunidad trinitaria y explicarles la forma de prevenir la destrucción de Patrimonio Arqueológico, significado y valor que además tenía. Puedo decir que fue devastador, a nadie parecía interesarle, de los pocos transeúntes que se nos acercaron, la mayoría eran de la tercera edad, contándonos sus anécdotas y muy abiertos a lo que proponíamos, pero a la gente joven o adulta no le gustaba que le explicáramos nada, nos detenían con un “sé leer, gracias”. Nuestros posters se hicieron con un objetivo muy diferente a los posters científicos que se mencionaban en la convocatoria del IV Encuentro Internacional de Arqueología Amazónica, por ello se quedaron en la alcaldía y no los volvimos a ver (quién sabe qué pasó con ellos).
Los días pasaron en el auditorio con las diferentes exposiciones, en las conferencias magistrales estuvieron los doctores: Zulema Lehm, Heiko Prümers, Cristina Barreto, Sonia Alconini, Fabiola Silva y Clark Erickson. La concurrencia no era grande, en su mayoría la asistencia Brasileña era irrefutable, incluso en la residencia donde nos apostábamos, dos pabellones llenos de estudiantes brasileros y un francés, en nuestro pabellón que se componía de diez camas de dos pisos (veinte en total), sólo habíamos nueve estudiantes bolivianos, ocho de arqueología (tres eran egresados) y una de antropología, debo mencionar también otro compañero de arqueología que se encontraba en el pabellón donde estaban los estudiantes brasileños; junto a nosotros también estaba una estudiante brasileña y un egresado colombiano.
Las conferencias eran en su mayoría dadas en portugués (60%), el resto en español (30%) e inglés (10%), lo bueno es que existían traductores de los tres idiomas y uno podía dejar su identificación por un audífono para escuchar la traducción, lo malo fue que los traductores estaban agotados, hacían una maratónica y extenuante labor, creo que todos notamos eso y al menos yo lo valoré.
Algo muy interesante fueron los posters científicos expuestos en el hall del auditorio, emergente de los resultados de una convocatoria, donde si se dio oportunidad a los estudiantes para presentar su propuesta junto a sus docentes.
Las conferencias enfocadas en la arqueología amazónica congregaron muy pocos investigadores bolivianos, resaltamos así las exposiciones de Carla Jaimes Betancourt sobre “El futuro de la arqueología en los Llanos de Mojos”, Sonia Alconini con “Desarrollos regionales en las montañas tropicales de Bolivia y el Chaco: “Migración, Interacción social y el origen de la complejidad política”, Eduardo Machicado con “La Geoarqueología de San Ignacio de Moxos: Deforestación y manejo de los suelos en tiempos precolombinos” y Marcos Michel junto a Oscar Ramiro Castaño (estudiante de la carrera de arqueología de la UMSA) con “Revisión histórica de la arqueología del transecto: San Borja -Trinidad, Llanos de Moxos. Bolivia”. Hacemos una mención especial a la exposición sobre “Tejido de Paisajes/Mojos as a Landscape Nedwork” de John Walker y Nila Castillo (tesista del laboratorio de arqueobotánica en la carrera de arqueología UMSA).
Verdaderamente, fue una semana intensa, que transitó entre las conferencias, los almuerzos y las visitas a los sitios arqueológicos. Cuando visitamos Loma Salvatierra resultaba evidente estar en la presencia de un sitio importantes, dado que el material arqueológico predominaba en superficie, entre estos ralladores, que indicaban que el consumo de yuca debió ser primordial.
Hubo muchos temas interesantes, sobre todo las investigaciones brasileñas, presentadas de manera masiva, las cuales disfruté mucho, aunque sufrí por no tener la suficiente capacidad para entender el portugués como demandaba el encuentro, no obstante existir un traductor, que por efecto de su monotonía terminé agotada y somnolienta.
Un momento grato fue el Foro del martes tres de octubre, enfocado en el uso de la tierra del Amazonas, organizado por Umberto Lombardo, teniendo como panelistas a Crystal McMichael, Eduardo Neves y Carolina Levis. Las discusiones en los foros fueron relativamente suaves, pero una que otra con mayor intensidad.
Concluyendo, existe un sentimiento gratificante respecto de la experiencia, aunque hubiera sido de mayor provecho para el ámbito universitario si la participación de la carrera hubiese sido mayor. Más allá de la presencia de los expositores, sólo estuvieron presentes dos docentes como parte del grupo asistente: Carmen Díaz y Claudia Rivera. Con respecto a la carencia de participación de estudiantes de la carrera de antropología – arqueología, se menciona que no fueron suficientemente informados, más allá que los costos resultaban muy elevados, teniendo en cuenta los pasajes a Trinidad en bus y los gastos de alimentación por siete días, a ellos se sumaba el pago de inscripción.
Ciertamente el encuentro pasó y muchos estudiantes adujeron no estar enterados, aunque no se sabe si fue porque no le dieron la importancia que debían. Es también posible que la difusión no tuvo el alcance que se esperaba, pues la participación estuvo mediada por muchos factores en contra, ¿el poco interés de la carrera, del centro de estudiantes, la falta de comunicación y difusión quizá? Ustedes opinen; el próximo encuentro de Arqueología Amazónica será en tres años en Perú, por si quieren la referencia. Sugiero por último que si viajan a Trinidad no olviden pasar por el museo Ictícola, el de Botánica y el museo etnoarqueológico del Beni “Kenneth Lee”, en este último encontraran el material arqueológico de las investigaciones en Loma Salvatierra y Mendoza.
Jhanneth Ramos Ponce